Este tema pertenece al bloque de Historia dentro del temario, en clara relación con el tema 35 (El pensamiento político moderno: del Humanismo a la Ilustración), el tema 37 (El debate historiográfico sobre la Revolución francesa) y el tema 38 (Revolución industrial e industrialización). Se trata de un grupo de temas dedicados a estudiar los grandes cambios del siglo XVIII, algo de capital importancia para entender el mundo actual, por lo que todo opositor responsable debe adquirir un conocimiento sólido sobre este tema.
Un siglo de cambios
No es por casualidad que se haya fijado el inicio de la Edad Contemporánea a finales del siglo XVIII. El cambio va mucho más allá de lo que supuso la Revolución francesa de 1789 en el ámbito de la política y es que durante todo el siglo fue constante la aparición de elementos de ruptura con el mundo medieval que todavía pervivía en la Edad Moderna.
El aumento demográfico, la mejora generalizada de la producción agraria, el establecimiento de rutas comerciales que comunicaban todo el planeta y el progreso científico y técnico sentaron las bases para el inicio de la industrialización, que se produjo en la segunda mitad del siglo, siendo Inglaterra el país donde se dio antes y con más fuerza.
El Setecientos fue el siglo en el que la burguesía consolidó su posición como nueva clase social emergente. No solo accedió al poder económico a través del mundo de las finanzas, sino que además supo imponer sus valores de esfuerzo y mérito personal por encima de la sociedad estamental que asignaba un lugar a cada persona en función de su nacimiento. Acabado el siglo XVIII las transformaciones habían sido de tal profundidad que se iniciaba una nueva era en la que todo iba a cambiar radicalmente.
Comenzaba de esta forma el siglo XIX en pleno proceso de industrialización, lo que iba a suponer un cambio en el modo de producción de tal magnitud que algunos autores lo han comparado con el paso del paleolítico al neolítico.
Las revoluciones en EE. UU. y Francia abrieron las puertas al liberalismo político, llevando a la práctica las ideas de los ilustrados. A partir de entonces, la democracia habría de ser el anhelo de todos los pueblos.
El siglo XVIII en España
En términos generales, se puede decir que España vivió los cambios del siglo, aunque con algunas especificidades. Vivió el siglo bajo el reformismo de los Borbones que mejoró el país en muchos aspectos, como la economía, la administración del Estado, la educación o la Hacienda. Sin embargo, también consolidó un absolutismo que se demostraría incapaz de adaptarse a los cambios del siglo XIX.
Un test para opositores
Como es habitual, os proponemos un test para opositores que debe ser entendido como una pequeña ayuda al estudio. Un pequeño divertimento a la vez que un desafío entre opositores. Ya sabéis, quien pierde paga los cafés. 😉