Hemos publicado otra entrada sobre este tema con un nuevo test. Por aquí también os recomendamos una serie bastante entretenida que os puede ayudar.
La Segunda Guerra Mundial fue enormemente destructiva, mucho más que cualquier otra guerra anterior y situó a la población civil como objetivo militar. La creación de la ONU respondía, en parte, a la profunda conmoción que la guerra había causado en todo el mundo y muy especialmente en Europa. Dos grandes países como EE.UU. y la URSS, con sistemas políticos y económicos absolutamente encontrados habían sido aliados circunstanciales durante la guerra, pero la derrota de Alemania y el declive de Francia y el Reino Unido las convirtió en las dos superpotencias que rivalizaban por sus respectivas áreas de influencia en un mundo que quedaba perfectamente delimitado en dos bloques. Durante más 40 años ambas potencias se rearmaron y cada una reunió un arsenal nuclear con capacidad para destruir completamente a su oponente y sus aliados. No obstante, la tensión siempre estalló en conflictos regionales donde las potencias nunca se enfrentaron directamente, de ahí el nombre de Guerra Fría.
La política de bloques
Después de más de 40 años en los que la población mundial vivió pendiente de un conflicto que podía degenerar en una catástrofe nuclear, el impacto sobre las mentalidades colectivas fue profundo, impregnándolo todo. La gran cantidad de películas sobre el tema o la construcción de refugios atómicos en viviendas particulares en EE. UU. serían sólo dos ejemplos de los más llamativos. Nunca sabremos si alguna de las potencias estaba realmente dispuesta a comenzar una guerra nuclear, pero lo cierto es que la amenaza mutua permitió a cada una de ellas mantener férreamente sus zonas de influencia. Finalmente, el sistema comunista se reveló muy ineficiente en la gestión de la economía y no pudo seguir el ritmo de rearme de occidente.
No nos cansamos de repetirlo, es necesario poner cara a los protagonistas de la época, es mucho más fácil entender y memorizar el tema si nos fijamos en sus rostros e intentamos escuchar su mensaje desde el pasado. Para ello, os proponemos nuestro habitual test, ya sabéis, quien pierda paga los cafés 😉 .
