Tema 60. El arte del renacimiento italiano y su influencia

Tema 60. El arte del renacimiento italiano y su influencia

Continuamos una semana más con nuestras recomendaciones de cine para las oposiciones. Por supuesto, no vamos a estudiar el temario a base de películas, pero creemos sinceramente que las imágenes pueden ayudarnos a fijar las ideas y los conceptos que debemos memorizar, nos sirven de punto de apoyo ya que se nos quedan en el cerebro mucho más fácilmente que el texto leído. Cuántas veces nos habrá ocurrido que hemos vuelto a ver una película después de muchos años y aún recordábamos muchas de las escenas, algunas incluso con todo detalle.

Hoy proponemos El tormento y el éxtasis (The Agony and the Ecstasy, 1965) de Carol Reed (El tercer hombre), basada en la novela con el mismo título de Irving Stone. La película cuenta con dos grandes estrellas del momento: Charlton Heston, que ya había ganado un Óscar por Ben-Hur, interpreta a Miguel Ángel, mientras que Rex Harrison, que también tenía un Óscar por su interpretación en My fair lady, da vida al papa Julio II.

La película narra el desarrollo de la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina, desde el encargo por parte de Julio II a Miguel Ángel, hasta su finalización. No vamos a insistir en lo obvio, los frescos de la Capilla Sixtina constituyen una de las obras clave del Renacimiento y, sin duda, de toda la Historia del Arte. La película se va adentrando en el proceso creativo del artista, así como en la difícil relación que mantuvo con el papa, con el presupuesto y el plazo de ejecución como grandes puntos de discordia. Julio II había pensado en decorar la bóveda con los 12 apóstoles, pero Miguel Ángel amplió el proyecto incluyendo diferentes escenas bíblicas hasta cubrirla completamente.

Las tiranteces entre el papa y el artista se plasman en una conversación que se repite a lo largo de la película: «¿Cuando lo terminarás?«, pregunta Julio II, «Cuando lo acabe«, contesta Miguel Ángel («When will you make it end?» «When I’m finished»). Un diálogo que describe perfectamente la dificultad de compaginar el proceso creativo con las necesidades del mecenas. Y un diálogo que uno recuerda después de haber visto la película hace muchos años. 😉

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