Tema 36. Crecimiento económico, estructuras y mentalidades sociales en la Europa del siglo XVIII. Las transformaciones políticas en la España del siglo XVIII

Tema 36. Crecimiento económico, estructuras y mentalidades sociales en la Europa del siglo XVIII. Las transformaciones políticas en la España del siglo XVIII

Las contradicciones de un reformista

Te recordamos que por aquí tenemos un montón de test para repasar todos los temas y unas cuantas películas que te pueden ayudar para estudiar o explicar el temario.

Seguimos con nuestra serie El personaje del tema, proponiendo un sencillo juego. ¿Eres capaz de identificar a nuestro personaje a partir de la imagen y de las pistas que te ofrecemos? Intenta descubrir el nombre antes de llegar al final de la entrada, allí encontrarás la solución. ¿Crees que el personaje de este tema debería ser otro? Cuéntanoslo en Facebook.

Nuestro protagonista de hoy fue un destacado político español (1728-1808), a quien presentamos en un retrato realizado por Goya, que encarna perfectamente las contradicciones internas del proceso de modernización de España durante el siglo XVIII. Hijo de un abogado, se doctoró en derecho en la Universidad de Salamanca y en el ejercicio de la profesión pudo establecer contactos que le facilitaron la entrada en política.

Después de actuar como jurista en el Consejo de Castilla y de embajador ante la Santa Sede, Carlos III le otorgó el título de conde. En 1777 le nombró secretario de estado, el equivalente al actual ministro de asuntos exteriores, y en 1782 secretario de gracia y justicia, equivalente al actual ministro de justicia, cargo en el que permaneció hasta 1790, ya con Carlos IV.

Desempeñó un papel crucial en la modernización y reforma del gobierno español, implementando una serie de reformas económicas, administrativas y militares destinadas a fortalecer el poder del Estado y mejorar la eficiencia del gobierno. Impulsó la modernización económica del país, promoviendo la educación, la agricultura, la industria, el comercio y las infraestructuras.

Las noticias de la Revolución francesa apartaron a nuestro protagonista de cualquier tentación reformista, pasando a adoptar una posición totalmente inmovilista. Tras la invasión francesa, presidió la Junta Central, aunque falleció a los pocos meses.

Perteneció a esa generación de ilustrados que, por un lado, veían la necesidad de realizar reformas para modernizar el país, pero, por otro, pretendían hacerlo sin alterar las relaciones de poder y sin tocar los intereses económicos de los más poderosos. Era el mismo dilema que limitó toda la política reformista de Carlos III.

Más abajo encontrarás la solución.

La respuesta era fácil, hablamos de José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca.

Origen de la imagen

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