¿Por qué escribimos este artículo?
Nos hemos decidido hoy a escribir este artículo sobre la fase de prácticas a petición de diferentes opositores que preparamos en años anteriores y que han sufrido una mala experiencia en ella. No es lo común. Y para la mayoría de los funcionarios el primer año tras aprobar las oposiciones es un mero trámite, cada vez más arduo, eso sí; pero un trámite al fin y al cabo. Pero para algunas personas, esta fase se convierte en una etapa de enorme tensión o incluso en una larga tortura. Vamos intentar explicar por qué puede ocurrir eso y qué podemos hacer en cada uno de esos casos.
¿Aprobar la oposición es el final del camino?
Pues esto es lo que solemos creer mientras estamos opositando y diríamos que es casi lo normal, pero la realidad es que hay dos elementos que se pueden interponer entre nuestro aprobado y la condición de funcionario. En primer lugar, hay que tener en cuenta la posibilidad, siempre cierta, de que alguno de los participantes en las oposiciones presente un recurso. Por otro lado, la fase de prácticas es cada vez es más complicada y requiere mayor esfuerzo, con lo que su dificultad aumenta.
Recursos al baremo
Cuando aprobamos las oposiciones, tenemos una nota de oposición que es inamovible. Esta no se puede cambiar. Pero luego entra la fase de concurso, que supone el 40% de la nota global (que es muchísimo) y ahí sí nos podemos encontrar con que alguna persona impugne la baremación realizada, señalando que nosotros tenemos puntos de más y/o ella tiene puntos de menos, lo que puede amenazar nuestra plaza, pues, como sabemos, esto es un concurso-oposición y si esa persona consigue que le valoren un título universitario, cursillos o antigüedad, puede ganar 1 o 2 puntos (o más) que se conviertan al multiplicar por 0,4 en 0,4, 0,8 o más y eso puede amenazar nuestra plaza. Obviamente, si somos los números uno del tribunal tendremos menos angustias, pero si estamos cerca del final de los aprobados o somos el último aprobado, podemos pasar semanas e incluso muchos meses (más de un año) hasta que ese recurso se resuelva. Esto parece raro, pero es así. En las oposiciones de primaria en Canarias 2019, se planteó esa situación y no se resolvió hasta hace escasos meses. Imaginemos la angustia terrible de la persona que se ha esforzado durante mucho tiempo para sacarse la plaza y que al final resulta desbancada por el error al baremar. Y también imaginemos a la persona que presentó bien sus papeles y no se los baremaron correctamente y espera justicia… En fin, se trata de una situación terrible que esperemos que nunca nos suceda a nosotros ni a quienes queremos.
¿En qué consiste la fase de prácticas?
Y una vez superado esto, o incluso sin haberlo superado, nos tenemos que enfrentar a la fase de prácticas. Esta fase es un poco diferente en cada comunidad, pero en líneas generales es como sigue. El opositor, en octubre generalmente, tiene una reunión con su tutor de prácticas (que suele ser su jefe de departamento), la dirección del centro y la inspección. Tres personas que forman la Comisión Evaluadora que debe firmar nuestro aprobado. Ahí se le comunica quién es cada cual en la Comisión y se le muestra su calendario. Debe hacer una programación de uno de los cursos que imparta ese año, una memoria de su primer año como funcionario, hacer un cursillo y, además, impartir clase ante el inspector en una ocasión al menos. En teoría, es arduo, pero fácil. Y así suele ser. Veamos qué hace cada persona y qué problemas pueden surgir.
La importancia de los tres elementos: el jefe de departamento
Al realizar la programación y la memoria, la Jefatura de Departamento es nuestro apoyo más importante. Va a ejercer la tutoría y si se trata de una persona medianamente eficiente y buena, nos va a ayudar muchísimo. Tiene contacto con la inspección, por lo que nos puede adelantar cómo nos ve el inspector. Yo he tutorizado varias personas en esta fase y siempre ha ido todo bien, pues he tratado de ayudar al máximo al recién aprobado. Si el tutor es malo, mala suerte; lo fundamental en este caso, será intentar tener más apoyo de la inspección y de la dirección. Y hay que procurar, lógicamente, intentar caer bien al Jefe de Departamento, por lo que yo no discutiría mucho este primer año sobre horarios o cursos a impartir. Lo que nos interesa es ser funcionarios de carrera. Cuando esto sea así, estará todo hecho y podremos exigir.
La importancia de los tres elementos: el director
La Dirección nos puede ayudar en la memoria, dándonos datos y orientaciones. Su papel es muy importante, porque es quien tiene trato constante con la inspección, que es a su vez quien realmente manda. Pero manda a través de los ojos de la Dirección, por lo que es la persona con la que debemos intentar, como sea, llevarnos bien. No estoy hablando de arrastrarse delante del Director, pero sí de evitar actos o actitudes que puedan suponerle un problema. En los casos que yo conozco directamente de personas que no aprobaron la fase de prácticas (solo dos en veintiocho años), la Dirección fue quien suspendió al aspirante. En uno de los casos se trató de una decisión en la que el elemento personal tuvo un peso importante, llegando la Dirección a actuar de forma despótica, lo que conducirá en los próximos años a un juicio. Esto quiere decir también que aunque cometan injusticias contra nosotros, están los tribunales y ahí el director es simplemente una persona igual que nosotros que debe rendir cuenta por sus actos.
La importancia del inspector
El Inspector, siempre, es crucial. Es quien preside la Comisión y aporta también su visión del aspirante, pues le ve dar clase. Lo normal es que en la visita a nuestra aula, la inspección quiera saber qué vamos a hacer y además nos diga qué documentos quiere ver previamente (programación de aula, materiales, etc.). Todo esto depende mucho de la personalidad del inspector. El elemento humano siempre está ahí. Pero lo normal es que el Inspector sea empático y a la vez sea legalista y quiera demostrarnos lo mucho que sabe de pedagogía y lo al tanto que está de las nuevas técnicas pedagógicas, por lo que siempre nos va a sacar pegas y a darnos consejos. Aceptémoslos con una sonrisa. La mayor parte de las veces serán tonterías, pero las tendremos que recibir como si fueran agua de mayo, porque eso es lo que les llena psicológicamente a ellos. Yo, por ejemplo, escuché no hace mucho a un inspector diciéndome que la literatura debía explicarse al aire libre (en el patio o un parque cercano al centro) porque el aprendizaje se producía por emociones. Pues para eso que derrumben los institutos, creo yo… Ahora es común que estén todos muy puestos en las nuevas teorías pedagógicas y quieran hacerse notar. Es su papel. El nuestro es mantener la calma, sonreír y aprobar. Todo saldrá bien.
Los alumnos y su papel
Los alumnos tienen que portarse bien el día que viene el inspector. Y la verdad es que los chavales siempre se portan maravillosamente. Creo que es la parte de la ecuación que es una constante. Suelen empatizar con nosotros y ese día son angelitos. Debemos decirles la verdad y lo importante que es para nosotros esa visita.
El preparador de oposiciones y su papel en la fase de prácticas
En nuestra dilatada experiencia ya hemos ayudado moral y prácticamente a antiguos opositores en su fase de prácticas a través de consejos y materiales; así que, si es tu caso, no dudes en ponerte en contacto con tu preparador, que estará encantado de echarte un cable.
¿Todo el mundo aprueba la fase de prácticas?
Lo común es que todo el mundo apruebe, efectivamente. Y tras hacer el cursillo, la programación, la memoria y la visita del Inspector, la Comisión Evaluadora se reúna en mayo y firme el aprobado. Si no es así, tenemos un año más para obtener la plaza. En los dos casos que yo conozco, ambas personas aprobaron en ese segundo año, pero a un coste psicológico enorme, pues si suspendemos la fase de prácticas dos veces seguidas, perdemos la condición de funcionario. Y tener esa Espada de Damocles sobre nuestra cabeza y además ir a un nuevo centro con el sambenito de haber suspendido la fase de prácticas y que el nuevo director y nuevos compañeros lo sepan, es terrible, porque todo el mundo piensa… “Si ha suspendido, por algo será.”
Salir en el BOE es lo definitivo
En todo caso, llega un día en que nuestro nombre aparece en el BOE. Esto es lo definitivo. Incluso si prospera un recurso, si ya hemos salido en el BOE, no nos pueden quitar la plaza, sino aumentar una para la persona que recurrió. Entonces ya somos funcionarios de carrera y ya podemos disfrutar de los privilegios que esto supone. Sin olvidar jamás, por supuesto, que estamos al servicio de la sociedad y que esa es la finalidad de nuestra tarea.