Cine y oposiciones. Un matrimonio de conveniencia en el que ambas partes ganan. Todo opositor tiene derecho al descanso del guerrero, la mente necesita un reposo de vez en cuando. Y en esos momentos de relax podemos aprovechar para disfrutar de una buena película. Mientras nos evadimos, de forma inconsciente nuestro cerebro va creando vínculos entre imágenes y conceptos. El día del examen, como por arte de magia, comenzaremos a tirar del hilo y, sin darnos cuenta, irán saliendo todas las ideas, unas enganchadas a otras, gracias a los vínculos que la película creó. Mientras tanto, entre peli y peli, ya sabéis que también tenemos un montón de test para repasar todos los temas.
Hoy os proponemos un clásico entre los clásicos: Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941), dirigida por Orson Wells, que además interpretó el papel protagonista y también escribió el guion junto a Herman Mankiewicz, uno de los más destacados guionistas del momento. Por ese trabajo ambos fueron galardonados con el Óscar al mejor guion original, el único que obtuvo la película, aunque estuvo nominada en otras ocho categorías. El reparto estuvo compuesto en su mayoría por actores sin experiencia en el cine, incluyendo el mismo Orson Wells, que también debutaba como director. Del resto del reparto cabe destacar a Joseph Cotten, que a partir de esta película tuvo una larga carrera. Orson Wells, sin duda, fue uno de los grandes de la época dorada de Hollywood.
Charles Foster Kane es un magnate de la prensa, dueño del New York Inquirer, un diario sensacionalista con el que manipula a la opinión pública en beneficio propio sin el más mínimo empacho. El personaje de Kane está inspirado en los magnates reales Hearst y Pulitzer, que tanta influencia tuvieron en la implicación de EE.UU. en Cuba a partir del incidente del Maine.
Ciudadano Kane tuvo una acogida discreta después de su estreno, en parte por la intervención de Hearst, que amenazó a algunos exhibidores con iniciar una campaña en su contra (confirmando, probablemente, el contenido de la película). Pero, con el tiempo, ha sido reconocida unánimemente como una de las grandes películas de la historia del cine.
