Tema 59. El arte gótico

Tema 59. El arte gótico

El nacimiento de un estilo revolucionario

Te recordamos que por aquí tenemos un montón de test para repasar todos los temas y unas cuantas películas que te pueden ayudar para estudiar o explicar el temario.

Seguimos con nuestra serie El personaje del tema, proponiendo un sencillo juego. ¿Eres capaz de identificar a nuestro personaje a partir de la imagen y de las pistas que te ofrecemos? ¿Crees que el personaje de este tema debería ser otro? Cuéntanoslo en Facebook.

El estilo gótico tiene una maravillosa peculiaridad: es el único estilo arquitectónico con una fecha de inicio conocida. El 11 de junio de 1144 se consagraba el reformado coro de la basílica de Saint Denis en presencia del rey Luis VII, la primera obra construida con el nuevo estilo. Un estilo que se expandió con fuerza, primero por el norte de Francia y, rápidamente, por el resto de Europa, con especial incidencia en Inglaterra, Alemania y España. En Italia, en cambio, el gran peso de la tradición clásica frenó la aparición de las formas góticas más extremas. 

Dejando al margen las cuestiones estéticas y centrándonos en el trabajo de construir, hay que decir que el gótico supuso una auténtica revolución, una concepción del edificio absolutamente contemporánea. Al no utilizar el muro de carga como elemento fundamental de soporte, la estructura pasaba a ser independiente del cerramiento. Tal y como podemos ver en la construcción de un rascacielos actual, existe un esqueleto, con la función de mantenerlo en pie, que va recubierto por un envoltorio de vidrio. Acabado el periodo del gótico con la llegada del Renacimiento, hubo que esperar a la aparición del acero en el siglo XIX para volver a ver edificios con una concepción similar. 

No conocemos al constructor del coro de Saint Denis, algo típico en la Edad Media, el maestro de obras era un trabajador manual, no tenía la consideración de artista, y por ese motivo muchas veces no nos queda constancia de la autoría. Pero sí sabemos quién impulsó la obra, nuestro personaje del tema, el abad que necesitaba ampliar la iglesia y que pensaba que había que hacer un templo rico y lujoso para honrar a Dios. El mismo abad que en la luz que se filtraba por las vidrieras veía la luz divina y que con la altura del edificio buscaba acercarse a Dios. El mismo abad que aparece representado a los pies de la virgen en la escena de la Anunciación en una de las vidrieras del coro.

Evidentemente, como muy bien habrás adivinado, hablamos del abad Suger (c. 1081-1151). 

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