Tema 37. El debate historiográfico sobre la Revolución francesa

Tema 37. El debate historiográfico sobre la Revolución francesa

La crítica a la historiografía marxista

Te recordamos que por aquí tenemos un montón de test para repasar todos los temas y unas cuantas películas que te pueden ayudar para estudiar o explicar el temario.

Seguimos con nuestra serie El personaje del tema, proponiendo un sencillo juego. ¿Eres capaz de identificar a nuestro personaje a partir de la imagen y de las pistas que te ofrecemos? Intenta descubrir el nombre antes de llegar al final de la entrada, allí encontrarás la solución. ¿Crees que el personaje de este tema debería ser otro? Cuéntanoslo en Facebook.

Nuestro personaje de hoy no es fácil, pero es un personaje importante en el tema 37. Un tema curioso, por otra parte, porque no trata acerca de la Revolución francesa, sino acerca del debate historiográfico sobre la revolución. Es muy llamativo, porque es un acontecimiento fundamental en la Historia Contemporánea y, sin embargo, está ausente del temario.

Nuestro personaje (1927 – 1997) nació en París en una familia económicamente bien situada de ideas progresistas. La Segunda Guerra Mundial y una tuberculosis retrasaron sus estudios, licenciándose finalmente en Historia en 1954 con un expediente muy brillante. Apadrinado por algunos de los mejores historiadores franceses del momento, como Soboul o Braudel, ingresó en el Centre National de la Recherche Cientifique, la institución científica más prestigiosa de Francia, donde destacó por sus trabajos sobre la Revolución francesa. En aquella misma época, después de la invasión soviética de Checoslovaquia en 1956, abandonó el Partido Comunista, en el que había militado desde finales de la guerra.

Sus aportaciones al conocimiento sobre la Revolución francesa, precisamente, contradicen algunos de los puntos básicos que habían defendido los historiadores marxistas hasta ese momento. Estudió en profundidad la época del Terror, llegando a la conclusión de que no fue causada por la amenaza exterior, con la que se pretendía justificar, sino por las propias contradicciones internas del proceso. Igualmente, se opuso a la idea de que se trató de una revolución burguesa que debía ser el primer paso para el proceso inevitable de la revolución socialista. Su obra, La révolution française (1965), escrita junto a su cuñado, Denis Richet, es un clásico sobre el tema.

Más abajo encontrarás la solución.

Efectivamente, nuestro protagonista de hoy es François Furet

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