Tema 31. Los reinos peninsulares en los siglos XIV y XV. Conflictos sociales. Diversidad cultural

Tema 31. Los reinos peninsulares en los siglos XIV y XV. Conflictos sociales. Diversidad cultural

En el epicentro del pleito dinástico castellano

Te recordamos que por aquí tenemos un montón de test para repasar todos los temas y unas cuantas películas que te pueden ayudar para estudiar o explicar el temario.

Seguimos con nuestra serie El personaje del tema, proponiendo un sencillo juego. ¿Eres capaz de identificar a nuestro personaje a partir de la imagen y de las pistas que te ofrecemos? ¿Crees que el personaje de este tema debería ser otro? Cuéntanoslo en Facebook.

Nuestro personaje de hoy es una mujer que jugó un papel clave en el conflicto dinástico de la corona de Castilla que se desarrolló durante el siglo XV. Un conflicto que se enmarca en la pugna de la corona por fortalecer su poder frente a la nobleza. El origen lo podríamos situar en el ascenso al trono de Juan II (1406) cuando contaba solo 2 años de edad. La regencia de su tío, Fernando de Antequera, interrumpió el proceso de fortalecimiento del poder real que había emprendido Enrique III (1390-1406). Al alcanzar la mayoría de edad, Juan II reanudó la pugna con los nobles, elevando su malestar.

El conflicto se agudizó durante el reinado de su sucesor, Enrique IV (1454-1474), con una nobleza fortalecida hasta el punto de conseguir que el rey proclamara como heredero a su hermano don Alfonso (1464), por delante de su propia hija, nuestra protagonista de hoy. Para reforzar su causa, la nobleza extendió el rumor de que nuestra protagonista no era hija del rey, sino de uno de sus consejeros, algo que no se ha podido comprobar. Con fundamento o sin él, el rumor hizo fortuna y todavía hoy conocemos a nuestra protagonista por el sobrenombre derivado del nombre del consejero real.

Después de la muerte de Alfonso (1468), Enrique nombró heredera a su hermana Isabel, en detrimento nuevamente de su hija y protagonista de esta entrada. Pero el matrimonio de Isabel con Fernando, heredero de Aragón, sin el consentimiento real provocó que el monarca revocara su decisión nombrando sucesora a su hija, nuestra protagonista. La muerte de Enrique IV en 1474 desató la guerra por la sucesión entre los partidarios de una y otra.

Nuestra protagonista contaba con el apoyo de una parte importante de la nobleza castellana y del rey de Portugal, con quien se casó en 1475. Isabel, por su parte, tenía el apoyo de algunas de las casas nobiliarias más fuertes del reino y el de la Corona de Aragón, al estar casada con su rey. En 1479 se dio por finalizada la guerra con el tratado de Alcáçovas. El rey de Portugal renunciaba a la corona castellana igual que Isabel y Fernando renunciaban a la portuguesa, mientras los portugueses salvaron la mayoría de sus territorios en la costa atlántica africana.

Nuestra protagonista, por su parte, residió en Portugal hasta su fallecimiento en 1530.

Por supuesto, hablamos de Juana de Castilla, conocida como la Beltraneja.

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