El milagro económico japonés
Te recordamos que por aquí tenemos un montón de test para repasar todos los temas y unas cuantas películas que te pueden ayudar para estudiar o explicar el temario.
Seguimos con nuestra serie El personaje del tema, proponiendo un sencillo juego. ¿Eres capaz de identificar a nuestro personaje a partir de la imagen y de las pistas que te ofrecemos? Intenta descubrir el nombre antes de llegar al final de la entrada, allí encontrarás la solución. ¿Crees que el personaje de este tema debería ser otro? Cuéntanoslo en Facebook.
Nuestro personaje de hoy es difícil, pregunta destinada a los superempollones que quieren sacar nota. Nuestro hombre nació en 1899 en Japón, en la prefectura de Hiroshima. En 1925, después de graduarse en la universidad, entró a trabajar como funcionario en el Ministerio de Hacienda, desempeñando diversas funciones hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando inició su carrera política. Entre 1949 y 1957 fue ministro de Hacienda en un par de ocasiones. Y desde 1960 hasta 1964 ocupó el cargo de primer ministro.
Si hoy le traemos por aquí es porque fue uno de los principales artífices del denominado milagro económico japonés, un periodo con un crecimiento económico extraordinario que se dio, aproximadamente, entre 1960 y 1980. Al acabar la guerra, el tejido industrial japonés estaba enormemente dañado por los bombardeos norteamericanos, además, el país había perdido los territorios conquistados en su expansión y las materias primas que extraía de ellos. Por si eso fuera poco, se vio obligado a afrontar importantes indemnizaciones de guerra. Por último, la ocupación estadounidense, con el general MacArthur al frente, emprendió una firme política para desmilitarizar Japón, lo que tuvo una repercusión negativa en la industria pesada que aún funcionaba. Todo ello provocó una importante caída de la producción.
Pero la Guerra Fría, y más concretamente, la Guerra de Corea, impulsó a los EE. UU. a permitir el desarrollo de un Japón como aliado para evitar que cayera en la órbita soviética. Y es aquí donde entra nuestro protagonista. Como primer ministro emprendió una serie de reformas que impulsaron la economía japonesa hasta situarla como una de las principales potencias industriales del mundo, que es como la conocemos hoy. Una fuerte inversión estatal, acompañada de una amplia red de protección social que evitaba la conflictividad laboral, además de un capital humano con un elevado nivel de formación que permitía una alta productividad fueron las claves de aquel milagro. Aunque nuestro protagonista pueda ser un poco difícil de adivinar, el milagro económico japonés es de obligado conocimiento para todo opositor que se precie.
Los que ya tenemos una edad recordamos que, tal y como ahora en todos los productos tecnológicos vemos la leyenda made in China, en los años 70 veíamos la frase made in Japan.
Nuestro personaje de hoy es Hayato Ikeda. Si lo has adivinado, nos quitamos el sombrero.
