¿Por qué hay tantas personas que suspenden el examen de las oposiciones?

¿Por qué hay tantas personas que suspenden el examen de las oposiciones?

Photo by Vidar Nordli-Mathisen on Un
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Hace algunas semanas indicábamos que estas oposiciones las aprueba todo el mundo… que persiste. Es esta una idea básica que no debe olvidar ningún opositor. Y efectivamente esto es así. Y alguien dirá… si eso es así, ¿cómo es que todos los años suspende el ejercicio el 85% de las personas que se presenta? Pues aunque parezca paradójico, ambas ideas están relacionadas hasta el punto que son las dos caras de la misma moneda. Vamos a ver cómo.

Podemos suspender por llevar pocos temas

En la oposición influyen muchísimos elementos y uno es la suerte, claro que sí. Salen actualmente cinco bolas. Si no me sale ninguna de ellas, estoy prácticamente fuera. Si llevo todos los temas estudiados, ese elemento de suerte en el sorteo desaparece. Eso no quiere decir que la suerte no se sida dando (el más importante de ellos, quien nos toca en el tribunal), pero el sorteo ya lo hemos conjurado. ¿Y cómo se pueden llevar todos los temas? Preparándose bien. Persistiendo. Y esto quiere decir que muchas personas no aprueban el ejercicio porque no persisten y no llevan suficientes temas. ¿Qué es lo mejor que podemos hacer? Tener un buen temario, un buen sistema de estudio y un gran método de repasos (mucho más importante que el estudio cuando se trata de memorizar aproximadamente unas 25.000 palabras).

Podemos suspender por no llevar bien preparados comentarios y programación

Efectivamente esto es así y pasa muy a menudo, sobre todo con la prueba de comentario (por eso los sindicatos siempre quieren eliminarla para favorecer que quienes ya están dentro del sistema consigan las plazas). Pero esto tiene también solución y es prepararse para ambas facetas. Nos va a costar muchas horas, pero es un objetivo asequible a medio o largo plazo en función de nuestras capacidades y acervo.

Podemos suspender por prepararnos mal

Este es el error más común. Por razones económicas o por razones personales, muchas personas se preparan sin asesoramiento personal de profesionales de la educación. Y todos necesitamos un asesoramiento, por pequeño que sea, de otras personas. Y ese asesoramiento no puede ser de amateurs bien intencionados, sino de profesionales. Cuando digo profesionales no me refiero a que sean preparadores profesionales, sino que al menos sean funcionarios de carrera y sepan cómo funcionan las oposiciones. Yo conté con la ayuda de Jesús Felipe Martínez Sánchez, catedrático de Lengua y Literatura, mi viejo amigo y maestro, que fue quien me animó a opositar y quien quedaba conmigo para revisar mis temas y mis comentarios, apuntándome los puntos débiles a mejorar y mis puntos fuertes a potenciar. Sin ese tipo de asesoramiento, de alguien que nos diga qué debemos hacer, qué hacemos bien y, sobre todo, qué hacemos mal, es muy difícil aprobar. Hay muchísimas personas que ven corregidos sus primeros ejercicios por el tribunal. No han tenido retroalimentación de ningún tipo y esperan aprobar. Esto es harto difícil.

Podemos suspender por no prepararnos

Directamente. Hay muchísima gente que no se prepara realmente. Deja pasar las horas, los días, sin hacer nada. O zascandileando en grupos, acumulando temarios, comentarios, materiales de todo tipo. Pero sin hacer nada en realidad. Otra de las especialidades de estas personas es decir a todo el mundo que no habrá oposiciones para justificar que ellos no estudian. Ellos dicen a quienes les escuchan que se están preparando, pero no es así. No lo han intentado seriamente. Cuando sale la convocatoria, se apuntan. Hacen un examen todavía peor que el que hicieron los que se prepararon mal. Y suspenden. Esto es lo que explica que haya interinos que puedan pasar hasta veinte años sin obtener la plaza.

Muchísima gente abandona las oposiciones tras fracasar una o varias veces

Así pues, la clave por la que todo el que estudia de forma persistente obtiene la plaza es porque el 90% de las personas que echan la instancia van a las oposiciones a hacer bulto y no son candidatos a la plaza, de la misma forma que en muchas otras competiciones humanas. Haciendo un símil futbolístico, ¿a qué van las Islas Feroe a los campeonatos internacionales? Pues las oposiciones están repletas de Islas Feroe. No olvides esto nunca. Y precisamente porque muchas personas se desesperan y abandonan, los que se mantienen firmes y se preparan bien obtienen la plaza, más tarde o más temprano.

La llamada de la madurez y de la seriedad

Todas estas personas, cuando les llegan las notas, se ven obligadas decir a quienes les escuchen que han tenido mala suerte, que el texto era muy difícil o que el tribunal ha hecho una escabechina. ¿Es que no sabían desde el principio que había menos plazas que candidatos? ¿Se creían que esto era un juego de niños donde se podían poner excusas? Seamos serios y tomémonos esto en serio porque nos va la vida en ello. Y porque las personas que lo hacen obtienen la plaza, preparándose adecuadamente y creciendo personalmente. Una oposición dura es una excelente piedra de toque para ver la fortaleza, constancia, capacidad de sacrificio y sabiduría de una persona. Y estoy seguro de que tú vas a dar ese paso que haga que obtengas la plaza. Porque te prepararás bien y persistirá. Para los demás será el desastre y la desesperación, para ti será el triunfo.

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