Como decíamos la semana pasada, el mayor problema que suele tener el opositor es la constatación de que tiene que realizar muchísimas tareas (estudiar temas, dominar los ejercicios prácticos, hacer la programación…) y, sin embargo, no dispone del tiempo para hacerlo todo. ¿Cómo no va a generar eso ansiedad? Si no sintiéramos ansiedad, sería en realidad un mal síntoma. Así pues, la cuestión no es dejar de sentir ansiedad, sino ser capaces de gestionarla.
Aceptar nuestras circunstancias es clave
La única manera de rebajar el nivel de ansiedad es aceptarnos y aceptar nuestras circunstancias. Cuando hay mucho viento en la mar, el buen patrón recoge vela… Si no recogemos suficiente vela, el viento puede quebrar nuestro palo y al final hacernos perder el barco. Es así de duro y así de simple. Traducida esta alegoría a las oposiciones, significa que debemos aceptar nuestras circunstancias y modificar nuestras expectativas. ¿No podremos llevar cincuenta temas? ¡Llevaremos veinte, pero bien llevados! ¿No podremos preparar a tope los prácticos? Los llevaremos como mejor podamos. Es decir, haremos lo mejor posible dado el tiempo del que disponemos.
Los tres pies de la oposición deben progresar armónicamente
Se trata de hacer una lista de prioridades en los tres ámbitos de la oposición e ir progresando en cada uno de ellos sin olvidar ninguno de los otros. Es decir, avanzar en los tres ámbitos de manera armónica. Es absurdo tener una gran programación con todas sus unidades acabadas y no llevar ningún tema.
Y tampoco tiene sentido llevar todos los temas sin avanzar en el comentario. Hay personas que prefieren quitarse los elementos uno detrás de otro y, por ejemplo, primero hacen la programación y luego se consagran al resto. Yo creo que esto es erróneo porque puede hacer que olvidemos el repaso y acabemos perdiendo temas. Además, cuanto mejor nos sepamos el temario, mejor realizaremos la programación y los comentarios. Por ello, nuestros cursos avanzan los tres aspectos a la vez.
Estudiemos sabiendo que nadie es perfecto.
Hay que tener una cosa muy clara: los días tienen veinticuatro horas para todo el mundo y es rara la persona que prepara oposiciones y dispone de todo su tiempo para ello. El caso de la persona recién salida de la carrera que se pone a opositar no es lo común, sino una parte marginal. Así pues, será raro el opositor que aparezca el Día D con todos los temas estudiados y todo perfecto. Lo normal, en mi experiencia como preparador, es que los opositores lleven unos treinta temas de media a las oposiciones, su programación acabada y los comentarios preparados de mejor o peor manera en función de los temas que hayan conseguido abarcar, sus lecturas y el nivel alcanzado en la técnica del comentario. Y en este viaje no se trata de alcanzar la perfección, sino de estar entre las personas que obtienen la plaza. En Cataluña 2020 se ha vuelto a reproducir la situación de años anteriores: van a quedar plazas desiertas.
Además, ya están garantizadas las oposiciones de 2021y 2023.
Por otro lado, hay que tener muy en cuenta la situación actual. Ya están garantizadas las oposiciones de 2021 y 2023. Eso quiere decir que podemos prepararnos a un plazo más largo. Nosotros en www.opolengua.com, de hecho, tenemos un magnífico curso diseñado a dos años y que es como una pequeña carrera de Filología Hispánica dedicada a las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. Es decir, nos podemos preparar para estas oposiciones de 2021 sabiendo que si no las sacamos habrá otra buena oportunidad en 2023.
Por ello, debemos aceptar nuestra situación y saber incluso que, en ocasiones, será suficiente con capear el temporal. En las oposiciones, para llegar hay que apretar los dientes muchas veces y frustrarse un poco o un mucho y confiar en que llegarán tiempos mejores… Porque llegarán.
Las oposiciones son una opción vital
No debemos ponernos un horizonte cerrado para sacar la plaza. Las oposiciones son una opción vital y no un capricho. Tú has decidido profesar una profesión y lo vas a conseguir. Más tarde o más temprano. Quienes no lo van a conseguir son las personas que, pasando episodios de ansiedad, no la gestionan bien y todavía creen que pueden ir al mismo ritmo de una persona sin obligaciones o se hunden. Esas personas son las que fracasan. Tú no vas a hacerlo porque vas a comprender que el sistema educativo no acaba en 2021. Ya están aseguradas las oposiciones de 2023 y luego habrá más y más. Y tú te presentarás como mejor puedas en 2021 y si no sacas la plaza, lo harás en 2023.
No hay que desfallecer jamás
Yo tardé cinco años y no desfallecí. Muchos compañeros de la universidad, que eran mejores que yo, se desesperaron y lo dejaron. Esos son los que no sacan plaza. Vamos a ser vencedores de nosotros mismos y nos vamos a aceptar. Eso es lo que vamos a hacer. Y vamos a llegar a puerto. Seguro. A dos nudos o a veinticinco nudos de velocidad. Pero vamos a llegar.
El pensamiento positivo es la clave
Cada día no mires todo lo que podrías llevar, sino todo lo que has avanzado. No mires lo imposible, mira lo ya hecho y enorgullécete de ser capaz de haberlo hecho en las condiciones en las que vives. Eres una persona abnegada: ¡enorgullece de ello! Y si no tienes nadie para decirte esto a tu lado, repítetelo tú. Pon letreros por la casa si es preciso. Y cuando aparezca la ansiedad (que aparecerá) con su retahíla de preguntas, no las ignores, emplea ese acicate para estudiar más.
Lo vas a conseguir. En 2021 hay una plaza para ti. ¡Vamos a por ella!