Hoy damos la primera entrega sobre un tema muy importante en las oposiciones, tanto más cuanta menos experiencia tengamos en ellas y es el del funcionamiento de los tribunales. A menudo, decimos que la suerte en las oposiciones es importante y nos fijamos en la importancia de que nos salga una bola u otra o en que caiga un texto u otro en el comentario, sin tomar conciencia de que la mayor suerte es la de la composición del tribunal de oposiciones que nos pueda caer.
Nadie quiere ir a los tribunales
Lo primero que hay que indicar es que la mayor parte de las personas que forman parte de un tribunal no quieren estar ahí. La Administración realiza un sorteo y al que le toca, le tocó. Pierde un mes de vacaciones y, sobre todo, sabe que de su criterio va a depender que unas personas accedan a la plaza y otras se vean defraudadas en sus expectativas. Eso significa tensiones. Y, cuando ya se es funcionario, no hay ninguna razón para querer más tensiones que las que ya generan alumnos, padres y compañeros en el propio centro de trabajo.
¿Y entonces quién va?
Pues a pesar de lo dicho antes, hay personas que sí se aprestan a la aventura de los tribunales. Algunas de ellas quieren servir a los demás y desean vivir la experiencia; otras son cogidas a lazo por la inspección. De entre estas últimas suelen salir los presidentes de los tribunales. Es muy común que sean jefes de estudio o directores, personas conocidas por los inspectores y en quienes ellos confían, por lo que les reclutan convenientemente para la ocasión.
¿Qué importancia tiene el presidente del tribunal número 1?
Pues tiene muchísima importancia, pues es quien decide el ejercicio práctico. Es un cargo elegido por la inspección a dedo y suele repetir año tras año hasta que lo deja por razones personales o porque cambia el poder político de la comunidad y los nuevos gobernantes deciden modificar la estructura anterior. No hay que olvidar nunca que la inspección tiene una relación estrecha con el poder político y eso quiere decir que si el partido político en el poder cambia, esto puede influir en la elección de este presidente y esto, a su vez, en la elección de los textos que puedan caer en las pruebas. Pondremos un ejemplo bastante sencillo. En Andalucía, en 2016, la Junta tenía como lectura obligatoria de 2º de Bachillerato la colección de relatos Los girasoles ciegos de Alberto Méndez, una obra escrita por un comunista y publicada al calor de la Ley de memoria histórica. Hay miles de novelas sobre la guerra civil… Pues bien, esa obra fue elegida también para las oposiciones. Quien la eligió sabía positivamente que esta obra favorecía de facto a los interinos que hubieran dado ese año 2º de Bachillerato y sabía positivamente que la ideología que mostraba la obra era izquierdista. ¿Qué habría pasado si hubiera elegido Madrid, de corte a checa (1939) del falangista Agustín de Foxá. ¿Cómo habría encajado la Junta de Andalucía, entonces socialista, esa decisión? No lo sabremos nunca. Pongamos otro ejemplo. ¿Es una casualidad que en 2018, en pleno auge feminista, aparecieran en varias comunidades obras de son Juana Inés de la Cruz o la condesa de Pardo Bazán?
¿Y los otros presidentes…?
El resto de los presidentes tienen también gran influencia, pues son quienes dirigen a los vocales y han de velar por el funcionamiento adecuado de sus respectivos tribunales. En treinta años de oposición, yo he conocido casos flagrantes de corrupción ante los que la Administración intervino siempre que fueron denunciados. Recuerdo por ejemplo un caso en las oposiciones de Música en Madrid, de una presidente que modificó las calificaciones de los opositores para que obtuviese la plaza quién ella deseaba, pero fue denunciada por el resto de los miembros del tribunal y la inspección intervino con contundencia apartándola del proceso y abriéndole un expediente. Recuerdo también en Andalucía personas recusadas en el acto de presentación por ser familiares de opositores de su propio tribunal. En este sentido, las bases de las oposiciones son claras y los opositores pueden y deben recusar a aquellos miembros del tribunal que incumplan con las mismas, pues la Administración intervendrá para que el proceso sea lo más limpio posible. ¿Es posible que aun así haya enchufes? Desde luego que los hay y a este tema dedicaremos otro día un artículo.
Una plaza es para ti.
Por hoy lo dejaremos aquí, pero no queremos acabar el artículo dando la impresión de que las oposiciones son una lotería y que es un proceso sucio. Estas oposiciones son masivas. Hay miles de plazas cada año y la mayoría de las personas que conforman los tribunales y los opositores que se presentan son absolutamente honrados y hacen su trabajo lo mejor que saben y pueden. Cualquier persona que se haya presentado sabe que la cordialidad y la humanidad son la normalidad en el proceso. Y en este enorme proceso de miles de personas, hay un hueco para ti. Y con esfuerzo, lo vas a conseguir. Como lo hemos conseguido otros tantos miles antes que tú. Te estamos esperando.
Como siempre, nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia y a sus familiares. Saludos y ánimo.