Aprovechar la ansiedad es básico estudiando oposiciones

Aprovechar la ansiedad es básico estudiando oposiciones

La ansiedad se dispara al poco de empezar a estudiar las oposiciones

Hoy volvemos a escribir un artículo sobre la ansiedad, como ya hemos hecho en otras ocasiones. ¿Por qué? Llegados a estas fechas, la ansiedad se dispara, porque muchas personas nos damos cuenta, cuando ya llevamos algunas semanas de estudio, de que los planes que nos habíamos trazado al empezar el estudio son imposibles de cumplir. ¡No tenemos tiempo material de cumplir con las expectativas iniciales! ¡Los días solo tienen veinticuatro horas! Y eso nos remueve la conciencia. Y todo se tambalea y se pone en duda.

La ansiedad es consustancial al estudio de las oposiciones

Hay que asumir que la ansiedad es consustancial al estudio de las oposiciones. El estudio siempre dispara la ansiedad. ¿Cómo lo notamos? Sentimos tensión e irascibilidad, nos cuesta trabajo concentrarnos, comemos peor, nos agobian las preocupaciones e incluso no dormimos bien. Cuando sentimos alguno de estos síntomas, es que la ansiedad ha hecho su aparición.

La incertidumbre y la fatalidad, unidas contra el opositor

Y de la duda inicial, surgen otras muchas preguntas vitales que nos hacemos una y otra vez. ¿Qué bolas caerán? ¿Y si llevo cuarenta temas y no me sale ni una bola? ¿Y si no reconozco el texto? ¿Y si me quedo en blanco? ¿Y si me entra el nerviosismo mientras expongo la programación ante el tribunal? ¿Y si tengo una enfermedad justo antes de las pruebas? Son infinitas las preguntas que la incertidumbre y la fatalidad, reunidas, nos lanzan sin piedad.

La ansiedad es positiva porque significa responsabilidad

De hecho, lo extraño sería que, jugándonos lo que nos jugamos, no estuviéramos preocupados. Empeñamos vida y hacienda, sacrificamos nuestro tiempo y el de nuestros seres queridos, embarcamos nuestras esperanzas en el barco de las oposiciones, organizamos toda nuestra vida en torno a ese objetivo… ¿y no nos vamos a preocupar porque todo vaya bien? ¿no nos vamos a poner nerviosos pensando en lo que puede funcionar mal? Así pues, la ansiedad es muestra de que somos responsables y nos hemos embarcado en cuerpo y alma para llegar al puerto.

Gestionar la ansiedad: esa es la meta

De lo que se trata es de convivir con la ansiedad y ser capaces de gestionarla. Comenzaremos por reducirla a niveles más asumibles. ¿Cómo? Cortocircuitando su base, que es el sentimiento de culpa y el miedo.

Enfrentemos el sentimiento de culpa

El sentimiento de culpa surge porque creemos que no estamos haciendo todo lo necesario. Y puede ser verdad, pero es que, si no lo hacemos es, sobre todo, porque no podemos. Tenemos otras obligaciones en la vida y somos personas responsables y generosas. Tenemos un cuerpo que nos tiene que durar toda la vida y ese cuerpo nos marca límites que debemos respetar. Tenemos unas características como personas en cuanto a nuestra memoria, comprensión, expresión, sensibilidad y debemos emplearlas en su máxima expresión para alcanzar la meta. No retorzamos nuestras capacidades ni nos pidamos imposibles.

Utilicemos el miedo para preparar las oposiciones mejor

El miedo proviene de lo desconocido, de lo futurible, de la incertidumbre ante lo que puede ocurrir. Hagamos una lista mental de todas las cosas que, racionalmente, pueden ocurrir y podemos prever. ¿Pinchar con el coche justo antes del examen? Salir con tiempo suficiente. ¿Quedarnos en blanco en el examen? Tener un método de estudio que impida eso y hacer muchas pruebas en las mismas condiciones en las que estaremos en la oposición. ¿Quedarnos en blanco en la encerrona? Ponernos en las mismas condiciones en que estaremos el Día D haciendo exposiciones orales. Es decir, como decía Julio César, “un ejército combate como entrena”.

¿Cómo nos preparamos mejor?

Así operamos con nuestros cursos, proponiendo a los opositores unas experiencias similares a las que vivirá en la oposición de forma que, psicológicamente, esa ansiedad se reduzca. Porque, si nos enfrentamos a nuestro temor decenas de veces antes del Día D, lo gestionaremos, sin duda, mejor que si no nos hemos enfrentado nunca. Si hacemos cien exposiciones orales, ganaremos una gran confianza en nosotros mismos y puliremos errores. Si somos capaces de repasar un tema cincuenta veces antes del examen, lograremos expresarlo mejor y más rápido que si solo hemos hecho diez repasos. Esa es la forma de rebajar la ansiedad e ir mejor preparado que otras personas. Así que, cuando aparezca la ansiedad, no actúes como si no apareciera, ni tampoco actúes hundiéndote. Gestiónala, asúmela y comprende que, bien llevada, es un aviso que nos ayuda a encontrar la mejor ruta para alcanzar el puerto.

¡En 2021 hay una plaza para ti¡ ¡Marca ese rumbo y vamos a por ella! Y no olvides tampoco, que en 2023, habrá oposiciones de nuevo.

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