¿Cuáles van a ser los criterios de evaluación de estas oposiciones 2023?

¿Cuáles van a ser los criterios de evaluación de estas oposiciones 2023?

Foto de Mitch Mckee en Unsplash

Esta semana hacemos una pausa en nuestra serie sobre los comentarios que finalizaremos la semana que viene, para tratar un tema importante, que preocupa a muchas personas y de ahí los correos de dudas que hemos recibido en estas últimas semanas. Y es que se acerca el día D y la incertidumbre nos cerca. ¿Con qué criterios me van a evaluar en las oposiciones?

Buscar los criterios públicos y aplicarlos en nuestra preparación

Lo primero que hemos de hacer es buscar esos criterios. No hace muchos años, los opositores llegaban al examen sin tener ni idea, ni una sola aproximación de cómo se les iba a evaluar. Afortunadamente, esa situación ha cambiado y ahora lo común es que al menos las Administraciones hagan públicos unos criterios generales mínimos que nos puedan orientar. Lo primero que hay que hacer es buscarlos. ¿Dónde? Pueden aparecer como anexos en las bases, como ha ocurrido en la convocatoria de Madrid (ver el anexo VIII de la misma) o bien hacerse públicos con posterioridad en documentos oficiales de la propia Consejería de Educación, como suele ser habitual. Aquí ponemos, por ejemplo, el enlace de Andalucía. Así pues, debemos conocerlos, aprendérnoslos y aplicarlos con rigidez, pues puede que el tribunal los aplique con rigidez sobre nuestro trabajo. Esto quiere decir que si tenemos fallas en algunos de sus aspectos, debemos resolverlas y reforzar este apartado. 

Mucha atención a la ortografía

Como es lógico, en las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura se valora mucho la ortografía. De hecho, el trabajo más importante que tiene un profesor de esta especialidad es enseñar a leer y escribir a sus alumnos. Esto quiere decir que los profesores de Lengua se dedican en sus correcciones a señalar muchísimas faltas de ortografía y por ello tienen una deformación profesional y, sin quererlo, van a mirar con lupa este aspecto.

¿Y cómo son los criterios ortográficos y de expresión en las diferentes comunidades?

No nos vamos a extender ahora en estos documentos, pero sí pondremos sus rasgos más esenciales. En Castilla La Mancha nos encontramos con la normativa más severa, pues se quita, por ejemplo, un punto por cada falta de ortografía y tres tildes equivalen a un punto también. Se pormenorizan además muchísimos tipos de errores gramaticales y se alude también a los signos de puntuación. Es la mejor normativa que hemos leído. Madrid es menos severa, pues resta por cada falta -0,5 y por cada tilde -0,25. Andalucía es la más laxa en este sentido, pues cada falta de ortografía restará -0,2 y cada tres tildes se penalizará con -0,2.

La ortografía es fundamental

Un profesor de Lengua Castellana y Literatura no puede tener faltas de ortografía. Una persona que va a cobrar un sueldo durante toda su vida por enseñar a escribir no puede tener faltas de ortografía. Esto es una cosa elemental que al parecer no comprenden los inspectores y los pedagogos de la Junta de Andalucía. No es justo que los alumnos de Andalucía tengan que sufrir profesores que no conozcan la normativa ortográfica. Por tanto, por dignidad personal y profesional, cualquier persona que prepara las oposiciones debe tener una ortografía impecable. Resulta de chiste que se penalice más a los alumnos de 2º de Bachillerato que a los futuros funcionarios. Este elemento vergonzoso va a ser comentado, sin lugar a dudas, por los miembros de los tribunales.

La importancia de la ortografía en los tribunales

Y es que estos miembros de tribunal, puede que no se sepan los temas que han caído, puede que no comprendan bien el texto del comentario y se ayuden muchísimo de la plantilla que les brinda la Administación, incluso puede que no dominen bien la ortografía de las mayúsculas, tan enrevesada en la norma de 2010 de la RAE, pero lo que es seguro es que precisamente por dedicar a estos menesteres decenas de horas anualmente, ortografía y expresión van a ser revisadas a conciencia. Y que, desde el punto de vista psicológico, aunque la penalización haya sido menor a la deseable y justa, será difícil que concedan la plaza a una persona que no tenga una buena ortografía. Esto es de sentido común. 

La influencia del factor humano es decisiva en los tribunales de oposición

Un aspecto fundamental es comprender que un tribunal es un organismo humano y, como tal, responde al funcionamiento de cualquier grupo humano. Desde el principio hay una jerarquía oficial, pues el presidente ha sido designado por la Administración (generalmente porque es conocido de la inspección, ya que es cargo directivo o es recomendado por el equipo directivo del instituto) que confía en él más por su capacidad de gestionar las situaciones de tensión y organización que se puedan producir en las oposiciones que por sus conocimientos (sin que esto quiera decir que no sepan, pues pueden saber y mucho). Y luego hay otras cuatro personas. Unas sabrán más y otras sabrán menos. Unas serán más rigurosas y otras menos. Hay que tener en cuenta que ha habido oposiciones muy fáciles que permitieron la entrada en el cuerpo de personas con baja preparación que ahora pueden evaluarnos a nosotros. Y, sobre todo, unas tendrán más sentido común y otras menos. Además, esas cuatro personas se relacionarán entre sí generando comentarios y visiones contrapuestas que pueden incluso acabar en disputas o enfrentamientos. Todo esto, desgraciadamente, puede influir en nuestra nota.

¿Cómo se corrigen los temas?

Pues, desgraciadamente, lo más habitual es que los miembros de los tribunales lleven los temas que tienen y a partir de ahí se hagan una composición de lugar acerca de lo que debe entrar y no entrar en un tema. Afortunadamente, nuestros temas son buenos y han servido a muchas personas que han sacado la plaza y que son llamadas a los tribunales, con lo que su presencia es habitual. Luego, hay veces que el tema se lee en voz alta y se comenta por los miembros del tribunal según se lee y otras en que cada miembro va leyendo en silencio. Ni que decir tiene que unos miembros son más rigurosos y serios que otros. 

Imposibilidad de saber exactamente cómo son las plantillas de los comentarios.

Una dificultad añadida a todo esto es el desconocimiento de las plantillas de corrección de los comentarios que, por tratarse de plantillas muy concretas, hechas sobre los textos concretos que caen, no se hacen públicas con anterioridad y siempre vamos con la incertidumbre de saber cuál es el enfoque que la plantilla habrá dado al texto que nos ha caído. Esto depende del tribunal número uno y es imposible de saber. Podemos aproximarnos viendo las plantillas de años anteriores, pero no tenemos la certeza absoluta de que quien ponga el ejercicio sea la misma persona, ni tampoco de que no haya modificado su punto de vista. Pongamos un ejemplo muy concreto. En lo referente al comentario pragmático, unas escuelas lingüísticas lo tratan como un nivel (pragmático-textual) y otras la entienden como una disciplina que opera sobre todos los niveles del lenguaje. ¿Cómo saber de qué forma se reflejará en la plantilla? Imposible saberlo.

¿Cómo corrigen la programación?

Aunque dentro de dos semanas haremos nuestro artículo sobre este punto, sí queremos señalar una cosa. Es importante conocer la plantilla de corrección, que es pública, pero ojo, lo más importante aquí es conectar con el tribunal, tener la misma visión de la enseñanza que ellos. Y saber eso de antemano es verdaderamente difícil. También es muy importante aquí hacerse una idea de cómo funciona realmente un centro y cómo actúa realmente un profesor y un alumno, al margen de lo que digan las leyes y de lo que diga la pedagogía moderna. Sentido común, siempre.

El tribunal es decisivo en las oposiciones

Así pues, por muchos criterios de evaluación que publique la Consejería, esos criterios han de ser aplicados por personas. Y nunca sabremos, hasta que las veamos actuar concretamente, cómo se comportan esas personas. Y es que como yo digo siempre, por experiencia como opositor y preparador de más de treinta años en las oposiciones, la mayor suerte es quien te cae como tribunal. Mucho más que el tema que te pueda caer o los textos. Lo fundamental es el tribunal.

¿Y qué podemos hacer?

Pues confiar. Confiar en que nos hemos preparado al máximo y hemos cubierto los flancos más débiles que nos hemos ido detectando en la preparación (de ahí la importancia de un buen preparador). Y confiar en la profesionalidad y el sentido común de los tribunales. Si una plantilla es errónea, lo normal es que el tribunal actúe de contrapeso y con sentido común. Si un opositor tiene muchas faltas de ortografía, lo normal es que no le aprueben. Y así sucesivamente… 

Podemos confiar en los seres humanos

En mi experiencia, se puede confiar. ¿Por qué puedo decir esto? Pues porque llevo treinta años en las oposiciones y como opositor y luego como preparador, he pensado que la mayor parte de las personas actúa de forma humana y si conocemos al género humano (con sus virtudes y sus defectos), podemos prever cómo actuará un ser humano dentro de un grupo humano. Y así, cuando me tenía que dar consejos a mí mismo y luego cuando se los he dado a centenares de opositores, por norma general, he acertado. En los tribunales no hay superhéroes, hay personas normales, que tienen pensamientos normales, como tú y yo. 

Centrarse en el pensamiento positivo

Así pues, no te agobies. No pierdas el sueño y céntrate en ti y en lo que puedes hacer para mejorar. No tiene sentido descentrarte o perder el tiempo con cuestiones que no puedes controlar. No podemos controlar al árbitro del partido. Podemos ir a la prueba con fe y con determinación. Y con la ilusión de mostrar lo que sabemos. El tribunal va a estar formado por personas ecuánimes y rigurosas y va a valorar eso, lo que mostremos. Lo vamos a hacer bien. Y vamos a sacar la plaza. Ese es el pensamiento. Eso es lo que va a ocurrir. ¡Vamos a por ella!

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