¿Cómo afrontar la semana posterior al día D?

¿Cómo afrontar la semana posterior al día D?

Llegada al puerto de Rota por Eduardo L.Prieto

El pasado fin de semana fue el día D en muchas comunidades autónomas como Castilla y León, Castilla La Mancha, Murcia, Asturias, Extremadura o Andalucía. El resultado del sorteo determinó que unas personas salieran del ejercicio con más ánimo que otras. Vamos a hacer un pequeño análisis de esta jornada.

Ánimo en la adversidad

Lo primero, obviamente, es acompañar a las personas que no tuvieron fortuna con los temas o con los textos. Es muy duro haber dedicado enormes esfuerzos, es tremendo haber apostado nuestra vida y nuestras esperanzas de todo este tiempo al día D y ver que, llegada la jornada, esa inversión se nos escapa sin que podamos materializarla, como si fuera agua cayendo entre nuestros dedos. Lágrimas de rabia, pérdida del apetito, noches sin dormir… Dolor, desilusión, desesperación, . A todas estas personas cuyo esfuerzo conocemos tan bien y tan de cerca, les mandamos un abrazo fuerte. Ahora es el tiempo de descansar, dejar que nuestro cuerpo vuelva a la vida poco a poco. Es difícil, claro, pero lo mejor es no pensar en nada que tenga que ver con las oposiciones, porque la herida está aún abierta. Darse un descanso, hacer las cosas que hemos sacrificado y dejar que la vida fluya. Ese es el mejor consejo. Llegará el tiempo de la reflexión serena. Y llegará el momento de volver a cargar nuestras ilusiones. Volverá la luz y volveremos al camino. Seguro.

El sorteo de la oposición fue decisivo

Como siempre, el resultado del sorteo fue decisivo. Vamos a señalar en esta sencilla tabla algunos de los sorteos de los que hemos tenido noticia. Como podemos apreciar, en varios de ellos se han dado de nuevo números bastante cercanos e incluso correlativos, debido a una circunstancia que ya hemos indicado otras veces y es el escaso volumen del recipiente del que se extraen. Si lo comparamos con el bombo de la Lotería Nacional, podremos comprender fácilmente por qué las bolas salen tan juntas: apenas tienen espacio para moverse.

Castilla-León4, 27, 28, 33 y 68
Asturias28, 40, 43, 60,61
CLM5, 20, 25, 56, 64
Murcia10,12,13  21, 42
Madrid 5, 39, 15 y 65
Madrid 6,8,47,60y 72
Algunos tribunales andaluces6, 35, 56, 62
10, 25, 60 y 66
51, 6, 29 y 55
 

Como siempre, las personas que llevaban estos temas estudiados los desarrollaron como mejor supieron y pudieron, las personas que no los llevaban pero tenían algunos conocimientos los ensayaron y el resto no hizo un buen ejercicio o directamente se marchó al ver el resultado del sorteo.

¿Qué lecciones podemos extraer de esto? Prepararse a largo plazo es la solución

Esto demuestra, una vez más, la importancia de una preparación a largo plazo, que nos permita llevar todos los temas. Yo me presenté en 1992 con un tema, en 1993 con veintisiete temas y en 1994 con todo el temario. Solo caían dos bolas en aquellos tiempos y no quería depender de la suerte, que en las oposiciones siempre me fue esquiva. Nunca me cayó un tema de literatura (mis favoritos) salvo en 1993 (única vez en que sacaban cuatro bolas). En el resto de las ocasiones, ni un tema de literatura… ¡y llevando todo el temario! Esto es una muestra significativa de la importancia de la suerte y de la relatividad de la probabilidad. Como yo digo siempre, la probabilidad hay que mirarla al revés. Si nos dijeran al montarnos en un ascensor que tenemos un 90% de llegar vivos al piso 25, automáticamente pensaríamos: “¡Ojo, hay un 10% de posibilidades de que el ascensor se caiga!”. Yo, con toda seguridad, subiría andando los 25 pisos. La probabilidad siempre hay que mirarla al revés. 

¿Cómo fueron los comentarios?

En algunas comunidades, como Andalucía y Extremadura, hubo además comentario de texto. En Madrid será este próximo fin de semana. En este sentido, los dos ejercicios fueron continuistas, manteniendo la tónica de la convocatoria anterior. Extremadura planteó dos opciones con dos textos cada una y varias preguntas muy concretas referidas a los mismos. En ambos casos, había un texto escrito por una mujer y otro por un hombre. Había una opción más sencilla, la A, que fue la que hizo la mayoría de los opositores. Y los textos estaban equilibrados, un texto de literatura clásica y un texto actual. Justo era una posibilidad que había comentado con nuestros opositores. 

Crítica al comentario andaluz

Andalucía, por su parte, introdujo un comentario filológico de un texto medieval, dos comentarios lingüísticos de textos novelísticos del siglo XX y un comentario literario de un texto del siglo XX también. Obviamente, todos los opositores preparados por Opolengua (y supongo que en todas las preparaciones habrá sido igual) habían hecho ejercicios similares e incluso con textos de esas mismas obras, pero creo que es imprescindible hacer una valoración crítica. Entre las dos novelas no había ni veinte años de diferencia y con el poema otros veinte. Es decir, tres de los cuatro textos se concentraban en treinta años de historia de la literatura y dos de las preguntas eran idénticas. En nuestra humilde opinión, no es el mejor ejercicio para reflejar casi mil años de historia literaria en español. No sabemos si esto responde a las directrices de la Junta o la voluntad del tribunal número uno, pero nosotros hubiéramos planteado un ejercicio más equilibrado.

¿Qué deben hacer los opositores que sí entregaron el ejercicio?

Pues mantener la tensión. Es imposible saber lo que va a decidir un tribunal, porque independientemente de que la plantilla de corrección exista y se emplee, aparece siempre otro factor que en las oposiciones es decisivo y es la relatividad de las respuestas. Es decir, si nuestro tema o nuestro comentario está regular, pero le parece al tribunal mejor que los demás, va a sacar mejor nota y, por tanto, nos va a acercar a la plaza. Por tanto, hay que seguir preparando el práctico con toda la ilusión y con toda la tensión, pues es posible incluso que se den situaciones rocambolescas como la que a mí mismo se me produjo en 1994. 

Mi experiencia en las oposiciones andaluzas de 1994 

Aquel año yo me presenté en Extremadura y en Andalucía. Afortunadamente no coincidieron  los exámenes (como este año) y pude hacerlo. Primero hice el comentario filológico literario en Cádiz y ese mismo día tomé mi coche y me fui a Cáceres, donde hice tema y comentario. Dio tiempo a que salieran las notas de Cáceres. ¡Había aprobado! Era la nota más alta de mi tribunal: un 7. Al llegar al tribunal cacereño vi en las listas que en el otro tribunal había muchas notas cercanas al diez y como las plazas no se daban por tribunales, comprendí que no obtendría plaza. Decepción. Tenía la encerrona en un par de días. Hice la encerrona con la mayor ilusión de todas formas. Entonces publicaron las notas de Cádiz. Había suspendido el filológico. Me quedé chafado… completamente. Fui a Cádiz a hablar con el tribunal y les expliqué que quería saber cómo era posible que hubiera suspendido. Me dijeron que si estaba convencido de que el examen estaba bien, solo se podía deber a faltas de ortografía o a la suciedad del ejercicio. Como yo sabía que no podía tener faltas, lo achaqué a varios tachones que sí había hecho. Me pareció que ponerme un 2,5 por poner dos tachones era una barbaridad, pero… ¿Qué iba a hacer? Me fui a Madrid y comencé a hacer las cosas que no había hecho en el último año: fundamentalmente disfrutar de la noche madrileña, porque yo entonces tenía veintisiete años. Después de unas dos semanas de fiesta nocturna recibí una llamada a mi teléfono fijo del presidente del tribunal indicándome que se habían equivocado con otra persona y que yo era la nota más alta del comentario… ¡Increíble! Tenía que presentarme al día siguiente a las ocho de la mañana para hacer el tema y si aprobaba, acto seguido, la encerrona. Yo llevaba dos semanas completamente relajado, sin repasar, con la mente en otras cosas. Tomé mi coche a las 18 y pasada la media noche llegué a El Puerto de Santa María. Hice el examen y la encerrona. Dos cincos. No obtuve plaza. No recuerdo los nombres de quienes formaron aquel magnífico tribunal. Lección: no tires la toalla jamás.

La semilla ya ha germinado y brotará

Mientras no han salido las notas y por mal que creamos que pueda ir todo, siempre queda un hilo de esperanza y hay que mantener la tensión. Pensamiento positivo: hay que seguir pensando en la plaza. Y para quienes tienen hoy la sensación más triste y más amarga porque se levantaron sin hacer el ejercicio, quiero mandarles el mismo mensaje. La plaza sigue ahí y llegará. Ya hemos plantado la semilla y ha germinado. Ya conocemos el camino, ya sabemos lo que hay que hacer y dónde está el puerto. Se trata de elegir el rumbo, orientar nuestras velas y si es preciso, remar y remar hasta arribar. Yo tardé seis años. Quien persiste, vence. Y esto es absolutamente seguro. Hay una plaza para ti. ¡Vamos a por ella!

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